Quiénes Somos
Un compromiso compartido para contribuir a la construcción de una casa para los pueblos de la tierra,
más justa y fraterna
El Movimiento Político por la Unidad (MPPU) es una red internacional de políticos, ciudadanos, diplomáticos, funcionarios comprometidos a diversos niveles, administradores, académicos, investigadores, jóvenes interesados en los temas de la política, de inspiración y partidos diversos, laboratorio de trabajo político común entre quienes desean responder, a nivel personal y colectivo, a las grandes cuestiones que atraviesan hoy a la humanidad, reconociendo en la fraternidad universal el contenido y el método específico del compromiso político.
Nace en 1996 y se desarrolla en respuesta a las crisis democráticas que atraviesan muchos países. Hoy está constituido en Europa, América Latina, África, y se va constituyendo en Asia, en Medio Oriente y en América del Norte.
Propone pensamiento e innovación política, incidencia política y cooperación con instituciones nacionales e internacionales, cursos de formación de jóvenes y actores políticos y procesos de cooperación entre los pueblos, ciudades, instituciones, estados, por la promoción y cuidado de los bienes comunes y del bien común.
Inspira su acción en la identidad y la experiencia del Movimiento de los Focolares.
Desde 2020 el MPPU se configura como departamento político de la Asociación Internacional New Humanity, ONG que goza del status consultivo general en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) y es partner oficial de UNESCO. El MPPU coordina su propio plan estratégico con la finalidad y las actividades expresas en los artículos 2 y 3 de su Estatuto.
MISIÓN Y VISIÓN
Ofrecer a cuantos, de orientaciones políticas diferentes, están interesados y comprometidos a distintos niveles en la construcción de la convivencia, de sus ordenamientos y de las instituciones del local al global, un espacio de diálogo e di iniciativa política y una red de cooperación internacional para responder a las grandes cuestiones que interrogan hoy a la humanidad en el horizonte de la fraternidad universal.
La transición cultural y política de nuestro tempo pone urgentes preguntas de sentido: el acercamiento positivo e irreversible entre los pueblos convive con las pandemias y el caos ambiental, el hambre, los escenarios de guerra y el terrorismo. Crecen la incertidumbre y el miedo y con demasiada frecuencia tales procesos son objeto de una política débil, a veces enfermiza.
El desafío y nuestro compromiso; con el pensamiento y la acción política, poner a prueba nuevas categorías que puedan guiar el encuentro entre las culturas políticas, la búsqueda de soluciones a los problemas de las personas y de los grupos, las acciones de los partidos y la vida de las instituciones, el gobierno de las ciudades, de los Estados.
La idea de la fraternidad universal se ha repetido tantas veces en la historia. Una novedad, para el MPPU, es el compromiso de convertirlo en un método de trabajo político, una medida para la calidad de la política económica, social, ambiental… un objetivo de política internacional, como indicaba proféticamente Chiara Lubich hacia el final de los años cincuenta, con el llamado de “amar la patria del otro como la propia”.
Descrita con autoridad por diversos autores como “horizonte estratégico de la convivencia”, “fundamento de civilidad”, “fuerza para resanar las fracturas sociales” e “impedir el predominio de la ley del más fuerte”, “motor de crecimiento y bienestar”, la fraternidad en el pensamiento de Chiara Lubich, se convierte en un paradigma global de desarrollo político.
La profunda necesidad de paz que la humanidad hoy expresa, dice que la fraternidad no es solo un valor, no es solo un método, sino un paradigma global de desarrollo político. Por eso un mundo siempre más interdependiente tiene necesidad de político, de emprendedores, de intelectuales y de artistas que pongan la fraternidad –instrumento de unidad- al centro de su acción y de su pensamiento.
Chiara Lubich a los participantes de la I Jornada de la Interdependencia
Filadelfia, (USA) 12 de septiembre de 2003
Con los jóvenes
A los jóvenes el MPPU confía una responsabilidad específica por su capacidad de innovación y de experimentación.
Protagonistas en todas las actividades, a ellos está dedicada también una red internacional de Escuelas de participación y formación social y política, para que puedan convertirse en sujetos de desarrollo de su propia ciudad y de su país.
PRINCIPALES ACCIONES
- Sostener los mecanismos institucionales y las políticas públicas orientadas a promover, tanto a nivel local como global, los valores fundamentales de las personas y de los pueblos, para acercar un futuro de paz y unidad para el mundo.
- Elaborar y difundir una cultura madura de participación, a través de acciones formativas, procedimientos e instrumentos de co-gobernanza, que sepan promover la riqueza de la unidad y el respeto de la diversidad en las ciudades y en las comunidades políticas.
- Favorecer iniciativas de estudio e investigación, convenios y campañas de sensibilización para profundizar las diversas culturas políticas y para declinar políticamente la fraternidad en los diferentes contextos del planeta.
- Cooperar con cualquier otro ente cultural y social que en diversas formas expresa la misma tensión hacia el diálogo, la solidaridad y la justicia, la promoción de los derechos de las personas y de los pueblos.
HISTORIA
En 1996 Chiara Lubich tiene la idea de relanzar, en un movimiento mundial, todas las experiencias hechas hasta entonces en vista de una nueva responsabilidad hacia la construcción de la historia local y global y dedica a ello la palabra misma de su carisma: lo llama “Movimiento político por la unidad”.
Con motivo de la concesión de la ciudadanía honoraria por parte de la Ciudad de Pompeya, que tuvo lugar el 30 de abril de 1996, Chiara se reunió con alcaldes, administradores, parlamentarios, personas involucradas en la política a diferentes niveles y en diferentes partidos. Le llama particularmente la atención la diversidad de posiciones políticas representadas por las personas que han venido a escucharla y siente que este pluralismo es el contexto adecuado para desarrollar un pensamiento y una práctica política que brota de la cultura de la escucha y el diálogo, característica de su Ideal de unidad y del Movimiento de los Focolares, que desde los primeros tiempos también había involucrado al mundo de la política.
Luego entonces, el 2 de mayo, de inmediato convoca a Nápoles a sus colaboradores más cercanos en este campo, incluidos Tommaso Sorgi y Lucia Fronza Crepaz, los líderes del Movimiento Nueva Humanidad, Mariele y Pino Quartana, todos los involucrados en la política comunitaria. napolitana para confiarles lo que será el Movimiento Político por la Unidad pero que ella, Chiara, llama ese día simplemente por el nombre de su Ideal: Movimiento por la Unidad.
La política a nivel local e internacional está hoy sujeta a enormes tensiones, causadas por problemas globales, a menudo sin precedentes. Al mismo tiempo, el mundo es cada vez más interdependiente y expresa una nueva conciencia de la dignidad y los derechos de las personas y los pueblos. Y, como suele suceder en la historia, en estos escenarios complejos, ante grandes desafíos, nuevas ideas, nuevas visiones, nuevas perspectivas maduran por doquier.
Así sucedió también con aquellas primeras ideas que florecieron sobre los escombros de la conflicto mundial, cuando Chiara Lubich 1) intuyó posible y comenzó a promover el amor recíproco entre los pueblos, introduciendo una luz en las tinieblas del trágico siglo XX.
Desde este ideal de unidad 2) – que mira la acción política como “el amor de amores” 3) y que, a lo largo de los años, ha recogido los sueños personales y sociales en un proyecto común y ha impulsado a muchos a dedicarse a la humanidad. – Nace el Movimiento Político por la Unidad, laboratorio internacional de innovación política.
PARA PROFUNDIZAR
“El propósito específico del Movimiento de Unidad, en el que participan militantes de los más diversos partidos, es este: ayudar a ayudarse, a ser primero que todo personas que, en la fraternidad, creen en los valores profundos y eternos del hombre y luego se mueven en acción política.
Por tanto, no se trata de un nuevo partido; tampoco queremos confundir religión y política, como ha sucedido y está sucediendo con los fundamentalismos de cristianos e incluso no cristianos.
Sólo propone y da testimonio de un estilo de vida que permite a la política alcanzar su objetivo de la mejor manera: el bien común en la unidad del cuerpo social”.
(C. Lubich, Por una política de comunión, Palazzo San Macuto, Cámara de Diputados, Roma, 15 de diciembre de 2000, en “Nuova Umanità” 134 (2001), p.215)
Quienes se incorporan al MPPU –de forma abierta y libre, en cargos en instituciones o partidos, en funciones públicas de cualquier nivel, en estudios y en investigación social y política o en el compromiso de ciudadanía activa– se comprometen en concreto a: